Las Causas Principales de Apostasía
INTRODUCCIÓN
A. ¿Qué es lo que hace que los hombres se aparten de la Palabra de Dios con tanta facilidad? ¿Por qué algunos están dispuestos a renunciar las bendiciones prometidas a los obedientes para seguir otro camino que el Señor no aprueba? Éstos suelen permanecer en la Palabra de Dios durante un tiempo, pero por alguna razón u otra deciden abandonar la senda de la vida; cambian la verdad por la mentira. Desde la creación de Adán y Eva, se ha repetido la misma historia patética miles de veces hasta la fecha. El ciclo vicioso de la apostasía sigue amenazando a toda la humanidad.
B. En la Versión Reina-Valera de la Biblia, revisión de 1960, la palabra castellana "apostasía" se encuentra sólo una vez y es prácticamente idéntica en el griego, el idioma original del Nuevo Testamento. En 2 Ts. 2:3, el apóstol Pablo nos dice que la segunda venida de Cristo no tendría lugar antes que primero viniera la apostasía.
* Esta apostasía no se inició hasta varios años más tarde cuando muchos abandonarían el modelo novotestamentario para seguir leyes y tradiciones inventadas por hombres falibles. Hoy día vemos el resultado de este alejamiento de la verdadera fe en Cristo: el mundo religioso presente se caracteriza por muchas iglesias distintas, todas con nombres diferentes, enseñanzas diferentes, adoraciones diferentes, organizaciones diferentes y fundadores diferentes.
C. ¿Qué quiere decir la palabra "apostasía"? El prefijo apó quiere decir "de, desde (en el sentido de alejamiento)"[1]. La raíz "stao" significa "estar de pie"[2].
1. Describe al que se mantiene apartado de alguien y/o de algo. La apostasía indica una separación o distanciamiento.
2. Para evitar este alejamiento, Pablo animó a los tesalonicenses a que estuvieran "firmes" y que retuviesen "la doctrina" que habían aprendido, 2 Ts. 2:15. El apóstol no quiso que fueran movidos de la verdadera fe en Cristo; no quiso que se alejasen de la Palabra de Dios. Así que, se puede concluir que lo opuesto de apostatar es "estar firmes" en la Palabra de Jesús, 1 Co. 15:1,2,58.
D. A pesar de las advertencias de Pablo, el Espíritu Santo le había revelado que algunos apostatarían de la fe, 1 Ti. 4:1.
1. Empleando el mismo lenguaje griego, Lucas describe lo que pasa con los que apostatan: "creen por algún tiempo, y en el tiempo de la prueba se apartan " (Lc. 8:13).
2. Por tanto, en 1 Ti. 4:1 el apóstol Pablo predijo que algunos iban a apartarse de la verdad del evangelio.
E. ¿Cómo podemos evitar esta trampa en la cual han caído tantas almas? ¿Cuáles son las causas principales de este alejamiento de la fe?
I. LA IGNORANCIA DE LAS ESCRITURAS
A. Dios reveló al profeta Oseas que su pueblo fue destruido porque le faltó conocimiento (Os. 4:6). Muchos se guían por el refrán: "lo que no sé no me puede hacer daño", pero Dios nos dice que no es así. A causa de su ignorancia de la voluntad de Dios, el pueblo de Israel se había entregado a la idolatría y más tarde este mismo pecado les llevaría a la autodestrucción.
B. Jeremías dijo algo parecido en cuanto a Jerusalén y Judá. "Pero yo dije: Ciertamente éstos son pobres, han enloquecido, pues no conocen el camino de Jehová..." (Jeremías 5:4). Aquí vemos la triste condición de los que se extravían de la senda de Dios. En el sentido espiritual, los tales no tienen un céntimo y no se dan cuenta de que son necesitados. Además, su ignorancia les quita el buen juicio.
1. ¿Eran culpables los judíos por no haber conocido el camino del Señor? Algunos nos dirían que no. "Si son ignorantes, pues ¿qué culpa tienen?", es la excusa que oímos a menudo. No obstante, como en el caso de muchas personas hoy en día, vemos que la ignorancia de los judíos era deliberada. El profeta Zacarías nos dice que "...no quisieron escuchar, antes volvieron la espalda, y taparon sus oídos para no oír; y pusieron su corazón como diamante, para no oír la ley ni las palabras que Jehová de los ejércitos enviaba por su Espíritu, por medio de los profetas..." (Zac. 7:11,12).
2. Por tanto, vemos que la apostasía de los judíos se debía a su falta de conocimiento de la ley de Dios. A causa de esta ignorancia intencional se alejaron con facilidad del buen camino.
II. EL CONFIAR CIEGAMENTE EN LOS HOMBRES
A. En el mundo religioso apóstata se suele oír los siguientes comentarios tristes: "Yo sé que mi pastor nunca me diría algo que no fuera la verdad." "El predicador tiene que estudiar la Palabra; no es responsabilidad mía." "Aunque no conozco muy bien las Escrituras, confío en que mi iglesia siempre me guiará por el buen camino." "¿Cómo puede un hombre tan amoroso estar equivocado?" etc.
B. Por lo general, los que hacen estas declaraciones no investigan la Palabra de Dios por sí mismos.
* Dejan que otros la averigüen por ellos y de esta manera son fácilmente "llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error" (Ef. 4:14). El Espíritu Santo dirigió estas palabras a los cristianos efesios en particular, ya que algunos de ellos confiarían demasiado en los ancianos de la iglesia (Hch. 20:17, 28-32). ¿Cómo es que algunos de estos obispos de Éfeso iban a poder "arrastrar tras sí a los discípulos"? ¿Cómo serían llevados a la apostasía? Sencillamente porque, en vez de investigar la Palabra de Dios por sí mismos, pusieron toda su confianza en los ancianos para guiarles por el camino correcto. Puede que hayan pensado: "Lo que ellos nos digan tiene que ser la verdad porque son ancianos." Esto me recuerda lo que me dijo una amiga hace unos meses. Dijo que el pastor de su iglesia predicaba la verdad "porque si no fuera así, no sería pastor". O sea, si Dios le ha dejado ocupar un sitio tan importante en su iglesia será porque predica la verdad. Seguramente algunos de los efesios tuvieron la misma manera de pensar en cuanto a sus obispos, pero cuando estos pastores se apartaron de la Palabra de Dios sus seguidores fueron arrastrados con ellos.
C. En el tiempo de Cristo muchos confiaban ciegamente en los fariseos y saduceos para guiarles por el buen camino. En vez de investigar la Palabra de Dios por sí mismos, se dejaron llevar por estos maestros falsos (Mateo 15:13,14).
III. EL DEJARSE LLEVAR POR LOS SENTIMIENTOS
A. Tales como los judíos en el tiempo del apóstol Pablo, muchos hoy en día "tienen celo de Dios, pero no conforme a ciencia" (Romanos 10:2). Este versículo nos enseña claramente que nuestros sentimientos con respecto a nuestra relación con Dios y "nuestra iglesia", de por sí, no son ninguna garantía de que estemos en el camino correcto. Estos judíos no eran salvos pese a su "celo" (Ro. 12:1).
B. Desde luego, es esencial servir a Dios con mucho amor y entusiasmo pero también es necesario servirle conforme al conocimiento correcto, el cual su encuentra en la Palabra de Cristo (Jn. 14:23; 2 Jn. 9). Cuando el hombre se deja llevar por los sentimientos en vez de la Palabra el resultado inevitable es la apostasía.
C. En una ocasión un "mormón" (o sea, un miembro de la "Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días") me dijo: "Yo sé lo que digo es la verdad porque tengo una sensación calorosa en el pecho." ¡Esto sí es dejarse llevar por los sentimientos!
IV. LA ELEVACIÓN DE LOS DESEOS DE UNO MISMO SOBRE LA PALABRA DE DIOS
A. Una razón por la cual tantas iglesias en el mundo se han apartado de la verdadera fe en Cristo es que muchos desean escuchar enseñanzas que les agradan, aunque esas mismas enseñanzas no estén de acuerdo con lo que dice la Palabra de Dios.
B. El apóstol Pablo habla de esta clase de personas en 2 Ti. 4:3,4. Los tales buscan a maestros conforme a sus propios deseos o según sus propios caprichos y, por consiguiente, apartan de la verdad el oído y se vuelven a las fábulas. ¡Apostatan!
CONCLUSIÓN
(Para una transparencia de este sermón, pulse aquí.)
[1] Lacueva, Nuevo Testamento Interlineal Griego-Español, prólogo.
[2] Wigram y Winter, The Word Study Concordance, números 646, 868 y 2476.
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