Sep 3, 2019 | Busca a Dios |
En todos los países del mundo la gente es propensa a seguir la creencia y religión que se recibe de los padres u otros sin investigar y pensar cada quien por sí mismo. La insensatez de esta costumbre universal se ve en el pasaje bíblico conocido como el «Sermón del Monte». Jesús dijo:
«…es ancha la puerta, y espacioso el camino que conduce a la destrucción, y muchos entran por ella. Pero es estrecha la puerta, y angosto el camino que conduce a la vida, y son pocos los que la encuentran»[1].
«Muchos» eligen el camino que conduce a la destrucción porque absorben como esponjas las convicciones de otros sin averiguar si realmente están de acuerdo con la voluntad de Dios. «Muchos» creen que no les hace falta comprobar la solidez de tales convicciones porque, según ellos, sus padres u otros (sacerdotes, pastores, etc.) «jamás me llevarían por mal camino».
Usted puede andar juntamente con la gran mayoría en el camino de la autosuficiencia o puede ser diferente y examinar por sí mismo lo que ha aprendido de los demás a la luz de las enseñanzas claras de Jesucristo reveladas en el Nuevo Testamento. Él está sumamente capacitado para decirle cómo llegar al cielo, porque tiene «palabras de vida eterna»[2].
Dios promete a todo el que lo busca de verdad:
«…si recibes mis palabras, y atesoras mis mandamientos dentro de ti, da oído a la sabiduría … si la buscas como a plata, y la procuras como a tesoros escondidos, entonces entenderás el temor del Señor, y descubrirás el conocimiento de Dios»[3].
Deje que el Señor le conduzca al único destino verdadero del cristiano fiel. ¡Él jamás le fallará!
[1] Mateo 7:13,14, Nueva Versión Internacional.
[2] Juan 6:68, Versión Reina-Valera (Revisión 1960).
[3] Proverbios 2:1-5, La Biblia De Las Américas.
Sep 3, 2019 | Busca a Dios |
INTRODUCCIÓN
A. Imagínese el siguiente suceso: un pariente suyo quiere hacer un viaje en coche desde Tánger, Marruecos hasta la ciudad de Johannesburgo, Sudáfrica, un viaje de miles de kilómetros. Pensando en el bienestar de su pariente, usted le aconseja: «Llévate un buen mapa», a lo cual le responde, «no hace falta.» Después usted le dice: «Has verificado en un mapa la ruta que vas a coger, ¿verdad?» «Pues, no,» –contesta– «pero creo que puedo llegar de todas formas.» «Ah,» –le dice usted un poco preocupado– «seguramente te vas a llevar una brújula». «Pues, no…» –contesta confiadamente– «es que me llevo las señas que me han dado algunos amigos.» Entonces Vd. le dice: «Desde luego, tus amigos han estado en África.» Replica su pariente: «Pues, no, pero confío en ellos.» Por fin, pregunta usted: «¿No sería sabio verificar en un buen mapa el trayecto que te han indicado para no equivocarte de camino?» Persistiendo en su terquedad, contesta su pariente: «¡No hace falta!» ¿Quién, estando en su cabal juicio, haría un viaje tan insensato? Cualquier viajero se expondría a un mundo de peligro: inmensos desiertos, regiones selváticas, tribus indígenas posiblemente en guerra, etc. ¡Saber el camino correcto podría ser cuestión de vida o muerte!
B. Si reconocemos la necesidad de verificar el camino en este caso, entonces ¿cuánta más necesidad hay de comprobar lo que dicen los demás en cuanto a las cosas de Dios? Por esta razón el apóstol Pablo nos dice: «Examinadlo todo, retened lo bueno» (1 Tesalonicenses 5:21).
C. Por esta misma razón, Jesús quiere que cada uno de nosotros busque la verdad por sí mismo (Mateo 7:7).
1. Muchos dejan que los maestros religiosos y otras personas busquen POR ellos. Parece que tales personas piensan que el estudio de estas cosas son para los que enseñan (esto es, para los sacerdotes, pastores, predicadores, etc.), pero «no para mí». Añaden: «Que ellos las investiguen» o «dejaré que mi pastor o sacerdote estudie estas cosas y él me informará si es la verdad o no.»
2. En esta lección queremos ver cinco razones por las que usted debe buscar a Dios por sí mismo.
I. PORQUE CADA UNO TENDRÁ QUE DAR CUENTA DE SÍ MISMO
A. 2 Corintios 5:10 — «Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo.»
B. Romanos 14:10-12 — «…todos compareceremos ante el tribunal de Cristo. Porque escrito está: Vivo yo, dice el Señor, que ante mí se doblará toda rodilla, y toda lengua confesará a Dios. De manera que cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí.»
C. No podemos echar la culpa a Dios ni a nadie por el hecho de que nunca investigamos la verdad por nosotros mismos. Cuando nos encontremos ante el tribunal de Cristo en el juicio final no podremos decir: «Pero mi pastor me dijo que era la voluntad de Dios»; «la culpa la tiene el cura de mi parroquia; él me enseñó mal»; «pero yo confiaba en que mis padres me decían la verdad.»; etc., etc. La pregunta no es: «¿Qué han hecho los demás?» sino «¿qué ha hecho USTED con su propia vida?»
D. Tampoco debemos pensar que nuestra relación con Dios está asegurada porque el pastor o cura nos lo ha dicho.
II. PORQUE PUEDE QUE MAÑANA NO TENGA OTRA OPORTUNIDAD PARA INVESTIGAR
A. 1 Crónicas 29:15 — «Porque nosotros, extranjeros y advenedizos somos delante de ti, como todos nuestros padres; y nuestros días sobre la tierra, cual sombra que no dura.»
B. Job 14:1,2 — «El hombre nacido de mujer, corto de días, y hastiado de sinsabores, sale como una flor y es cortado, y huye como la sombra y no permanece.»
C. Santiago 4:14 — «…no sabéis lo que será mañana. Porque ¿qué es vuestra vida? Ciertamente es neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece.» Puede que mis ojos nunca vean el resplandor de mañana.
D. Se calcula que aproximadamente 60 millones de personas se mueren cada año. En otras palabras, 2 personas cada segundo. «Pero, tengo mucha vida por delante,» dice alguno. Puede que sí y puede que no.
E. Hebreos 9:27,28 — «…está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio…» No tendrá otra oportunidad de investigar después de la muerte. La reencarnación no existe.
III. PORQUE SU ALMA VALE DEMASIADO PARA CONFIARLA CIEGAMENTE A OTRO
A. Mateo 16:26 — «Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?» Cada individuo es dueño de algo que excede el valor de todas las riquezas terrenales: su propia alma.
B. Dice el lexicógrafo Thayer que la palabra alma se refiere «a una esencia que se distingue del cuerpo y no se disuelve en la muerte». ¡Cada hombre y mujer posee algo que es muchísimo más importante que la vida física!
C. No confiamos nuestro cuerpo a cualquier médico. Hace varios años entré en el despacho de cierto médico por primera vez y cuál fue mi sorpresa al ver sus instrumentos quirúgicos viejos y sucios. Por si esto fuera poco, me dio poca explicación de mi enfermedad. ¿Cuál fue mi reacción? ¡Me fui y desde aquel día no lo he vuelto a ver! Si entendemos la importancia de no confiar ciegamente nuestro cuerpo a cualquier médico, ¿por qué vamos a entregar nuestra alma a otro sin investigar por nosotros mismos para ver si lo que nos dice es la verdad o no?
IV. PORQUE LOS MAESTROS RELIGIOSOS SON FALIBLES
A. A veces lleven a otros por mal camino a causa de su propia ignorancia. Otras veces lo hacen queriendo (enseñan sus doctrinas falsas «para engañar», Efesios 4:14). En cada caso las consecuencias son DEVASTADORAS.
* Por contraste, la actitud despreocupada en la mayoría de las iglesias del mundo se ve en frases tales como «uno es libre para creer y enseñar lo que quiera»; «todos somos hermanos»; «olvidémonos de nuestras diferencias»; «lo que importa es estar a gusto con la iglesia de tu preferencia»; «las doctrinas diferentes no tienen importancia sino el amarnos unos a otros»; etc., etc.
B. Argumentos comunes y respuestas:
1. «Para mí todas las religiones son buenas.»
* Mateo 7:15 — Según Jesús, no es así. Véase también, Mateo 24:11.
2. «Lo importante es ser sincero en lo que uno cree.»
* Sin embargo, ¿qué le pasará a la persona que toma veneno, creyendo sinceramente que es medicina? ¿Acaso se salvará por su sinceridad?
3. » Uno no es culpable si otro le ha enseñado mal.»
* Mateo 15:14 — Refiriéndose a los falsos maestros de Su tiempo, Jesús dijo: «Dejadlos; son ciegos guías de ciegos; y si el ciego guiare al ciego, ambos caerán en el hoyo.» Se cita este versículo a menudo para advertirnos del peligro de los falsos maestros, pero eran «ciegos» los que seguían también. Los dos son culpables, ¡tanto el que guiaba como el que seguía!
C. Mateo 23:13 — «Mas ¡ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque cerráis el reino de los cielos delante de los hombres; pues ni entráis vosotros, ni dejáis entrar a los que están entrando.»
D. Lucas 11:52 — «¡Ay de vosotros, intérpretes de la ley! porque habéis quitado la llave de la ciencia; vosotros mismos no entrasteis, y a los que entraban se lo impedisteis.»
E. 1 Timoteo 1:7 — «queriendo ser doctores de la ley, sin entender ni lo que hablan ni lo que afirman.»
F. 2 Pedro 2:1 — «Pero hubo también falsos profetas entre el pueblo, como habrá entre vosotros falsos maestros, que introducirán encubiertamente herejías destructoras, y aun negarán al Señor que los rescató, atrayendo sobre sí mismos destrucción repentina.»
G. 1 Juan 1:4 — «Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo.» El contexto en este versículo enseña claramente que los «espíritus» son «profetas», o sea maestros. Se «prueba» a los maestros comparando lo que enseñan con la palabra de Jesús revelada en el Nuevo Testamento.
H. ¿Eran reaccionarios los que escribieron estos versículos? ¿extremistas? ¿fanáticos? ¿o sencillamente equivocados, creyendo que existía este peligro el cual, en realidad, no existía? Nuestros tiempos no son distintos. Todavía existe el peligro de ser engañado por falsos maestros.
V. PORQUE TODOS LOS CAMINOS NO LLEGAN AL MISMO SITIO
A. Mateo 7:13,14 — En los asuntos espirituales no es verdad el refrán popular de que «todos los caminos llegan a Roma». Los caminos de la gran mayoría de la gente religiosa conducen a la destrucción, ¡no al cielo!
B. Jesús ama a todos y por esto advierte a todos acerca del peligro de coger un camino que no nos convenga.
CONCLUSIÓN
A. Recordemos de nuevo la promesa de Cristo: «…buscad y hallaréis…» (Mateo 7:7). Si uno busca con un corazón recto, encontrará.
B. Juan 7:17 — Para poder conocer si la enseñanza de uno es de Dios, primero es necesario QUERER hacer la voluntad de Dios, revelada en el Nuevo Testamento. ¿»Quiere» usted?
Sep 3, 2019 | Busca a Dios |
A diferencia de muchos grupos religiosos que disuaden a sus afiliados de investigar las enseñanzas de otros, la Biblia exige que pongamos a prueba tales enseñanzas. Un ejemplo de esto se ve en lo que el apóstol Pablo escribió a los cristianos que vivían en la ciudad de Tesalónica, Grecia. Pablo les exhortó diciendo: «Examinadlo todo; retened lo bueno»[1].
El verbo «examinar» en este texto quiere decir «poner a prueba, probar, aprobar»[2]. La Biblia es como aquellos aparatos usados en bancos y en otros establecimientos para distinguir entre la moneda falsa y la auténtica. Con ella podemos y debemos «poner a prueba» toda enseñanza, incluso la que nosotros hemos recibido de nuestros padres u otros.
«Examinadlo todo» requiere la investigación, que uno someta a prueba su fe y práctica. Cualquier líder religioso (o pariente o amigo) que rehúse una investigación amplia de su enseñanza no enseña la verdad, porque el Señor requiere que todo se someta a prueba, que no aceptemos cierta enseñanza simplemente porque confiamos en nuestros padres o en otros que nos han enseñado, ni tampoco porque el que nos enseñó fue muy sincero o muy celoso o muy educado, etc. Más bien, es necesario «poner a prueba» todo detalle de nuestra fe y práctica para estar seguros de que estamos bien fundados en la verdad…
Una de las salidas más populares para evitar la investigación de alguna doctrina es la expresión, «lo que usted dice es solamente la interpretación de usted», y otra es, «cada quien tiene el derecho de creer lo que quiera». Con tales dichos cierran la conversación y evitan la investigación de su creencia. Para los tales el error es tan bueno como la verdad…[3].
Sin embargo, ¡sólo la verdad nos puede librar de nuestros pecados![4] ¿Pondrá a prueba usted las creencias que ha recibido de otros o seguirá aceptándolas sin investigar por sí mismo? La decisión final… es suya.
[1] 1ª Tesalonicenses 5:21, Versión Reina-Valera (Revisión 1960).
[2] W.E. Vine, Diccionario Expositivo De Palabras Del Nuevo Testamento (Barcelona: Libros CLIE, 1984), vol. 2, p. 98.
[3] Wayne Partain, 1ª y 2ª Epístolas de Pablo a los Tesalonicenses (San Antonio, Texas:1996), p. 47.
[4] Juan 8:31,32